Frase célebre

"El aire es tu alimento y tu medicamento" Aristóteles

martes, 17 de noviembre de 2015

Sesión 10 / 11-11-15

CLASE: 2º PRIMARIA

UNIDAD DIDÁCTICA:

LOS SENTIDOS

Sesión Nº: 10

Lugar: Gimnasio

Fecha: 11-11-2015

Hora: 12:30

Duración sesión: 120’

Nº Alumnos: 25

Material: comida, música sonidos, bebida, instrumentos
Contenidos: los sentidos
Objetivos: potenciar los sentidos. Mejorar las sensaciones y percepciones

PARTE INTRODUCTORIA:

Preparar la comida, colocar las colchonetas y organizarse el profesor con los voluntarios.


 


CALENTAMIENTO:

Antes de empezar, todos fuera del aula y pedir voluntarios antes de bajar al gimnasio. Colocar antifaces a todos los alumnos y además petos a los que tengan alergias.

PARTE PRINCIPAL:

- Juego: “Bailar” Buscamos una pareja y bailamos al son de la música (cada cierto tiempo cambiamos de pareja) 




- Juego: Los Gustos 




- Juego: el tacto 




- Juego: los sonidos



- Juego: El olfato




VUELTA A LA CALMA:

- Cuento la historia de los sentimientos:
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura, como siempre tan loca, les propuso: "¿Jugamos al escondite?". La intriga levantó la ceja intrigada y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: "¿Al escondite? ¿Y cómo es eso?". "Es un juego -explicó la locura- en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras vosotros os escondéis. Y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de vosotros al que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego".
El entusiasmo bailó secundado por la euforia. La alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda e, incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar; la verdad prefirió no esconderse, para qué, si, al final, siempre la hallaban; y la soberbia opinó que era un juego muy tonto, pero en el fondo, lo que le molestaba es que la idea no hubiese sido suya. Y la cobardía... la cobardía prefirió no arriesgarse. "Uno, dos, tres...", comenzó a contar la locura.
La primera en esconderse fue la pereza que, como siempre, se dejó caer en la primera piedra del camino. La fe subió al cielo y la envidia se escondió tras la sombra del triunfo que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para la belleza; que si una rendija de un árbol, perfecto para la timidez; que si el vuelo de la mariposa, lo mejor para la voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnífico para la libertad. Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol. El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio; lo encontró ventilado, cómodo... pero eso sí, sólo para él. La mentira se escondió en el fondo de los océanos, ¡mentira! en realidad se escondió detrás del arco iris. Y la pasión y el deseo en el centro de los volcanes. El olvido... ¡se me olvidó dónde se escondió! pero, bueno, eso no es lo importante.
Cuando la locura contaba 999.999, el amor aún no había encontrado Sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.
"Un millón" contó la locura, y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la pereza, sólo a tres pasos de la piedra. Después escuchó a la fe discutiendo con Dios en el cielo sobre teología. Y la pasión y el deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el triunfo. Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solito salió disparado desde su escondite, que había resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed y, al acercarse al lago, descubrió a la belleza. Y con la duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de qué lado esconderse.
Así fue encontrando a todos: la mentira detrás del arco iris, ¡mentira! si ella estaba en el fondo del océano; y hasta el olvido, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite. Pero, sólo el amor no aparecía por ninguna parte. La locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada hoyuelo del planeta, en la cima de las montañas; y, cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal y sus rosas, y tomó una horquilla y comenzó a mover sus ramas. Cuando, de pronto... un doloroso grito se escuchó, Las espinas habían herido en los ojos al amor.
La locura no sabía qué hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su Lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la Tierra, el amor es ciego y la locura siempre le acompaña.

Ahora extended las manos y recoged aquello que se os da, es un amuleto que os ayudará y os dará suerte a lo largo de vuestra vida, ya que lo vivido y experimentado hoy aquí solo lo podéis entender vosotros.

Nos quitamos el antifaz…..


- Reflexión sensaciones de la sesión

OBSERVACIONES:

En esta actividad es muy importante que el silencio esté presente todo el tiempo, ya que éste ayuda a mantener un estado de relajación. Además el antifaz contribuye a ello, aislándonos de lo que nos rodea, y centrándonos en el resto de sentidos. Necesariamente los niños deben potenciar los sentidos que son los que nos hacen conocer y tener una percepción del mundo que nos rodea. En el tema de alimentación, la mayoría de nosotros, incluso en la edad adulta, seguimos teniendo muchos complejos y manías a la hora de comer. Al probar comida sin verla, esos prejuicios no existen y a lo mejor descubrimos que aquello a lo que le teníamos tanta manía, nos gusta.
De cara al final de la sesión, el profesor da un regalo, una piedrecita o canica por ejemplo, el valor de este objeto es sentimental no material. Está destinado a ser conservado y traerle suerte al que lo posee.
Por último, en toda actividad toda en la que haya comida debe tenerse en cuenta a los alumnos que padezcan alguna alergia (valerse de petos para reconocer en todo momento cuáles son) para evitar problemas después. Las instrucciones de la actividad se pueden poner en un cartel que esté fuera en la puerta del gimnasio. Así cuando entran no saben qué hay y que va a suceder.



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